Nuevas formas de socialización

La socialización es un proceso mediante el cual el individuo adopta los elementos socioculturales de su medio ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad.

Dentro del proceso de socialización, se distinguen tres tipos. El primero corresponde a la familia, que es el ámbito más cercano al individuo y donde antes aprende a relacionarse con los demás. El segundo, abarca todo el grupo que es ajeno a la familia, es decir, grupos sociales de conocidos, amigos, u otros. Y el tercero, que ha nacido en la última década, recibe el nombre de “socialización a través de los medios de masas”.

Los medios de comunicación de masas proporcionan informaciones, juicios sobre diferentes temas y acontecimientos, y sobretodo, van formando en la población modelos de comportamiento. Además, sus contenidos repercuten en un volumen de población superior al de cualquier otro grupo de socialización.

Estos medios nos ofrecen ventajas en cuanto al modo de establecer relaciones, pero también algún que otro inconveniente. Una de las ventajas es la rapidez con que puedes encontrar un nuevo amigo, en menos de cinco minutos se establece contacto con diversos usuarios. En la vida real, esto no es tan fácil, nos cuesta (a unos más que a otros) formar nuevas amistades y mantenerlas. Uno de los inconvenientes es que poco a poco se va perdiendo el calor humano, en lugar de escuchar la voz de tu compañero solo escuchas el zumbido del ordenador y si quieres estrecharle en brazos…

En la red, los usuarios pueden mentir sin parar, y la única forma de descubrir su engaño es el “cara a cara”. Por esta razón, nos preguntamos si las relaciones que se establecen por medio de la red, son ficción o realidad. Cuantos casos han llegado hasta nuestros oídos, de gente que se enamora de otra sin haber mantenido nunca un contacto real entre ellos, y luego a la hora de verse cuerpo a cuerpo ha sido un total fracaso, porque uno había mentido… y el otro también. No decimos que todos los usuarios mientan, pero sí sabemos que tienen al alcance de su mano, algo que muchas personas desean, cambiarse por otro. Puedes crearte una nueva personalidad y un nuevo cuerpo, o simplemente mejorar las cosas que no te gustan de ti. Doble engaño, engañas al otro usuario y te engañas a ti mismo.

“El mayor peligro de engañar a los demás está en que uno acaba inevitablemente, por engañarse a sí mismo”. Eleanora Dose.



martes, 31 de marzo de 2009

La rueda que no para de girar

Nuestras mentes se adormecen cada vez más debido a los somníferos que nos suministran los medios, acaban con nuestras inquietudes y nuestra libertad. Ayer reflexioné sobre este tema, y hoy he escuchado una canción que puede reflejar bastante bien el tipo de sociedad que intenté describir.

A lo largo de la canción, se describe y se denuncia la situación que vivimos actualmente, los medios, las instituciones políticas, las empresas... los que tienen el poder, controlan los contenidos informativos a su antojo, y cuando algo no les conviene, lo eliminan. Esto se convierte en una rueda que acaba por machacar hasta el último rasgo de independencia que queda en nuestro interior.

Además, la canción, casi al final también habla de la idea que aportó Jürgen Habermas, quién sostenía que la sociedad sí vive en tensión, pero existen espacios en los que los individuos y los medios pueden expresar su libertad y acabar con el sistema que les reprime. Quizá la canción da más vueltas al asunto, pero en la base, nos habla de la "rueda que no para de girar", de la que nosotros somos el engranaje. Pero no todo está perdido, en las grietas que se forman en los espacios de comunicación controlados, se puede levantar la voz y gritar para que al fin se pueda aliviar la tensión que domina al mundo.

Una sociedad controlada por unos pocos, en la que muchos sufren sus consecuencias.

Aquí os dejo la canción para que podais escucharla

http://www.youtube.com/watch?v=rV6Hge8cpe0

lunes, 30 de marzo de 2009

La industria "deshumanizadora"

“Da comienzo el juicio, la industria cultural va a ser juzgada por el asesinato de la cultura, por causar una muerte lenta, dolorosa y con premeditación. Se presentarán millones de testigos que observaron impasibles como se producía el homicidio.”

Este podría ser el titular de cualquier periódico actual, el problema es que también forman parte de esos asesinos que han acabado con la cultura y con nuestra identidad como individuos libres y autónomos.

La cultura ha sido transformada en basta mercancía sin vida al alcance de todo el que desee participar del macabro festín. Las obras de arte dejan de estar en manos de los artistas para ser depositadas en los stands de las grandes superficies, preparadas para satisfacer a la masa. Pero el poder de la industria cultural no se ha quedado aquí, ha pasado de producir mensajes y productos culturales en serie, a crear personas estandarizadas. Aquí es donde entra la red como herramienta de socialización, jugando un gran papel en la transformación de las personas en productos, aunque pueda parecer todo lo contrario.

Cuando una persona entra en la red para socializarse con otra gente, debe crear una identidad compuesta por un nick, un perfil, una imagen, etc. Es decir, se está transformando en un producto: con su etiqueta, su marca y su logo. Estas personas se convierten en productos puestos a la venta en un mundo virtual en el que todos entran a comprar y a venderse, y yo me pregunto ¿qué es esto si no otro tipo de industria cultural? Quizá deberíamos llamarlo de otro modo, como industria humana o más bien “industria deshumanizadora” que consigue convertirnos a todos en un mismo ser insípido y muerto, en lo que respecta a inquietudes.

Sin ser conscientes, estamos contribuyendo al beneficio económico de unos cuantos, los creadores de las páginas web más visitadas o de comunidades virtuales como tuenti o faceboock. Somos marionetas al antojo de un poder que ni si quiera sabemos si es real, porque ¿quién conoce el nombre de los creadores de tuenti? Supongo que no mucha gente.

El lugar al que quiero llegar, es que recurrimos a la red creyendo que podemos escapar del control de los medios porque se pueden colgar mil fotos, comentarios y opiniones que pueden retar a la integridad de la industria, pero en realidad no hacemos más que alimentar su propio ego. Hay que tener claro que si algún día les molestan nuestros contenidos, acabarán con ellos, igual que han hecho con nuestra mente. Nos hacen pensar que Internet nos ha emancipado de su control, pero no es más que otro motor que pone en marcha el círculo vicioso que deben mantener para que sus carteras no pierdan ni un euro más.

Las entidades que tienen el control, amoldan a las personas según sus intereses y sus razones (que son sin dudarlo económicas), esto lo consiguen a través del consumo, y para cuando la gente se da cuenta, ya son un producto más, preparado para consumir. Las personas se han convertido, como la cultura, en una herramienta del capitalismo y de la sociedad de consumo.

Si damos un breve paseo por la red en busca de páginas con contenido antisistema, antiglobalización y demás, podremos encontrar mucha información. Se trata de grupos sociales que se sirven de la red para hacer llegar sus mensajes a una porción mínima de la población-mercancía, no ocurre nada cuando estas páginas sólo son un mero espacio donde desahogarse, pero cuando sus contenidos empiezan a cobrar vida y se convierten en algo más grande que puede atacar y devolverse de las manipulaciones de los medios de comunicación, la censura resucita de las páginas en blanco y negro de hace décadas y vuelve a la vida con el fin de acabar con los producto defectuosos. Por tanto, los medios juegan un gran papel en la represión de determinadas subculturas.

Quizá la única forma de volver a ser personas, lejos del control de los medios y de los intereses de la industria cultural, sea convirtiéndonos en ermitaños, y seguro que aún así estaríamos jugando a su juego.

martes, 3 de marzo de 2009

Las relaciones sentimentales, los medios y la red

Como ya hemos comentado, a lo largo del tiempo, por la red se han generado muchas historias y relaciones sentimentales. Desde aquí apoyamos la postura de que por un motivo u otro, la mayoría o todas estas historias y relaciones han terminado o directamente han empezado mal, las personas a través de internet no pueden darse a conocer realmente como son, en ese mundo existen muchas mentiras y falsedades. En la realidad, en nuestro día a día, podemos encontrar casos de relaciones falsas, y si esto ocurre en la realidad, ¿Cómo no va a ocurrir por la red? Está claro que no es bueno generalizar, pero es que en un tema como éste, es inevitable, ya que desde aquí no creemos en las relaciones directamente generadas por la red, sin un “cara a cara”, es decir, entre dos monitores de ordenador. Para saber lo que una persona piensa, siente, etc. tienes que tenerla delante, no puedes saberlo solamente por una serie de letras escritas en una pantalla de ordenador y para enamorarte de alguien tienes que saber como piensa, como siente, como te mira, etc. y las relaciones por la red, no tienen nada que ver con esto, sino todo lo contrario, son mucho más frías y distantes.

En cuanto a los medios de comunicación, hoy en día tenemos comprobado el efecto y la influencia que llegan a crear sobre las personas. En programas de televisión como “El diario de Patricia”, actualmente llamado “El diario”, se han dado muchos casos del tema que estamos hablando, han ido muchas parejas que se han conocido a través de internet para conocerse en persona, y este programa nos da a entender que cree en esas historias y las apoya y esto hace que el punto de vista de este programa y sus historias sensibleras afecten en la manera de pensar y actuar de los telespectadores. Aunque hay que añadir, que los telespectadores cada día estamos menos receptivos, ya que nos han engañado en demasiadas ocasiones, pero aún así hay gente que acaba picando.

Otro claro ejemplo de programa televisivo, sería el de “Mujeres y hombres y viceversa”, se trata de un programa de actual emisión, en el cual, por un lado asisten dos chicas o dos chicos, que son los y las tronistas del programa y por otro lado asisten los pretendientes de cada uno, y el juego consiste en que cada tronista se quede finalmente con un o una pretendiente. El único contacto que tienen entre ellos, son las citas que realizan de media hora máximo fuera de plató. Este es otro ejemplo de cómo nos intentan vender la historia de que realmente esas personas se enamoran de esa forma, ya que es imposible que con unas cuantas citas de media hora puedas estar enamorado/a de otra persona, para llegar a este sentimiento es necesario que las dos personas se conozcan mucho más a fondo, sino luego pasa lo que pasa, que las parejas salen “unidas” del programa o eso nos intentan hacer creer y al cabo de los dos días están separados y se empiezan a sacar trapos sucios de unos a otros. Está clarísimo que aquí las cadenas televisivas intentan sacar el mayor partido a estos programas y a la vez que se llevan unas audiencias increíbles, los participantes del programa aprovechan para darse a conocer y así hacerse un hueco en todos los programas telebasura de la televisión, aunque la mayoría del público nos comportamos todavía peor por permitir que estos programas tengan la mayoría de audiencia y hacerles subir a la cima siendo una basura y una farsa como lo son.

Para finalizar con el tema de los medios y las relaciones sentimentales a través de la red, queda añadir el hecho de los sms por el teléfono móvil, esos sms que nos han llegado a todos alguna vez, de un número desconocido que nos dice que alguien muy interesante desea conocernos ¿alguien puede creerse estas mentiras?, es vergonzoso que nos envíen este tipo de mensajes, ya no saben de que sitio sacar dinero. Aún así, podemos estar seguros de que habrá personas que responderán el sms y les sacarán todo el dinero que haga falta.

En conclusión, aunque la sociedad se encuentre cada día más avanzada en todos los sentidos, en muchas ocasiones deberíamos darnos cuenta de las muchas formas de las que hoy en día se nos intenta manipular y convencer de temas o de cosas que verdaderamente no tienen sentido. No podemos creernos ni enternecernos con cualquier historia que se nos cuente, ya que realmente la mitad sino todo puede que no sea verdad. No debemos fiarnos demasiado de lo que se nos cuenta, ya que hoy en día no sabemos ni de donde procede la información que nos están ofreciendo diariamente.
Y por tanto, nos intentan vender la historia de que la función de estos programas, se trata de la unión de parejas de enamorados para enternecer y enganchar todo lo posible a los telespectadores y es realmente todo lo contrario, solamente están buscando el morbo y la audiencia para sacar partido a esto y para aprovecharse y “reírse” de los sentimientos de las personas, o en cualquier otro caso sacarnos el dinero de donde sea con mensajitos estúpidos y sin sentido.

Y ahora, ¿Quién es el dueño de tu identidad?



Como en todos los espacios donde se mueve la sociedad, en la red también aparecen modas. Estar a la última en Internet significa tener una cuenta en Facebook o en Tuenti (versión española del primero). Si no es así, estás desfasado, “ya no molas”.

Facebook es un sitio web de redes sociales creado por Mark Zuckerberg. Originalmente era un sitio para estudiantes de la Universidad de Harvard, pero actualmente está abierto a cualquier persona que tenga una cuenta de correo electrónico. Los usuarios pueden participar en una o más redes sociales, en relación con su situación académica, su lugar de trabajo o región geográfica.

Con el nombre, “facebook” (libro de caras), se refiere al libro de fotografías que representan a los miembros de un campus norteamericano y que se entrega a los estudiantes de primer curso para que se conozcan mejor entre ellos.

La principal finalidad con la que se creó este sitio web era encontrar, a través del programa, a amigos o conocidos con los que se había perdido el contacto o estar en contacto con otros para intercambiar fotos o mensajes. Esto se nos recuerda en la página de inicio del mismo, donde la frase principal es: “Facebook te ayuda a contactar y a compartir con las personas de tu vida”. Así es, esta era en su día su función… Pero poco de ello queda actualmente.

Cuando nos incorporamos a una de estas redes sociales, estamos cediendo nuestra identidad personal, nuestros datos. Esto lo hacemos voluntariamente porque aceptamos las condiciones, pero ¿somos conscientes del error que podemos estar cometiendo? Montados como estamos en la sociedad de la información, quizá lo hacemos llevados de una "ola" (la moda) donde no se calculan bien las consecuencias.

Quizá saben demasiado sobre nuestra identidad, ya que en la red existe actualmente unas cantidades impresionantes de información sobre todos nosotros, todos los “amigos” del facebook que colgamos nuestras fotos, datos personales (nombre, fecha de nacimiento, preferencias musicales, creencias religiosas…) y comentarios de manera casi siempre inocente, mostrando nuestra identidad sin tapujos y sin conocimiento de lo que pueden hacer con ella.

Esta información personal se divulga entre millones de usuarios, ya que se ha demostrado que, aunque supuestamente sólo permites el acceso a tu perfil a quien tú quieres, desde fuera pueden acceder a él. Un ejemplo de ello es que Facebook, según varias noticias en la prensa noruega, actualmente está siendo utilizado por los departamentos de recursos humanos de las empresas para obtener información de los aspirantes a lugares de trabajo.

Todo esto conlleva grandes problemas, disfunciones de estas redes sociales que no estaban previstas cuando se crearon. Esa gran divulgación de información personal de millones de personas puede dar lugar a grandes abusos, desde la suplantación de la identidad y la creación de falsas identidades hasta la realización de marketing personalizado a sus usuarios. No olvidemos además, que miles de menores forman parte de esta red social, y a ellos ¿Quién los protege? ¿Quién se hace cargo de sus seguridad?

Por todos estos problemas y disfunciones creadas alrededor de estos programas las Agencias de protección de datos de distintos países y en concreto la Agencia Española de protección de datos está llevando a cabo una campaña de concienciación acerca de la trascendencia que tiene poner a disposición de toda la Red fotos, preferencias sexuales, inquietudes o credos religiosos, en definitiva poner nuestra identidad a merced de quien quiera utilizarla.

La educación de los jóvenes en la utilización de las redes sociales es una tarea importante que queda pendiente en nuestra sociedad.

Noticias relacionadas con el tema:
http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Sabe/Facebook/demasiado/usuarios/elpeputec/20081101elpeputec_4/Tes

domingo, 1 de marzo de 2009

Amenazas virtuales













Hoy en día es raro encontrar una persona que no pertenezca a una comunidad virtual como Tuenti, Facebook, MySpace y otros muchos ejemplos utilizados para establecer un tipo de comunicación prácticamente exclusiva de estas comunidades. En muchos casos dicha comunicación pretende ser privada y confidencial de los usuarios, de tal forma que no puedes acceder a esta información a no ser que cuentes con la autorización del usuario correspondiente. En muchos casos esta información privada es mediada por los famosos Hackers.

Como ya habremos podido adivinar, los medios de comunicación juegan un papel esencial en este tipo de comunicación, los individuos se comunican a través de Internet utilizando dichas comunidades virtuales. En muchos casos se llega hasta casos extremos tanto agradables como desagradables y son difundidos provocando una inmovilización mediática. Deducimos que en cualquier caso, el papel de los mass media sigue siendo crucial para el desarrollo estable de la sociedad y para que el proceso de comunicación que provoca siga su curso.

Bien, así podemos analizar que la función que las comunidades virtuales ofrecen es la comunicación entre individuos de forma privada o no, casi de manera instantánea y sin necesidad de cercanía entre estos individuos. En un principio, todo encaja. Los individuos se comunican entre ellos. Un proceso sencillo que en un principio no conlleva ningún problema

Las disfunciones complican la comunicación y este proceso tan sencillo. Cuando aparecen los Hackers todo se complica, la inocente comunicación que un individuo trasmite a través de las comunidades virtuales con el único propósito de comunicarse con sus más allegados es vista también por los Hackers y utilizada con fines dudosos y seguramente no demasiado legales. Estos piratas informáticos son capaces de interceptar códigos de tarjetas de crédito, piratear softwares protegidos por leyes, destruir sistemas muy complejos mediante la transmisión de poderosos virus y un largo etcétera. En cambio, el principal objetivo de los Hackers no es convertirse en delincuentes sino luchar contra un sistema, para ellos injusto, utilizando como arma el propio sistema.

Otra disfunción de esta forma de comunicación es sin duda las relaciones que se crean a través de las comunidades virtuales, pero ¿qué pasa cuando la comunicación se da con personas desconocidas que terminan manteniendo una relación? Tanto si la relación termina en tragedia como en historia de amor, resultan ser consecuencias imprevistas de las comunidades virtuales, las consecuencias pueden ser fatales para el individuo, puesto que puede comunicarse con una persona que dice ser quien verdaderamente no es para aprovecharse de la situación o del individuo.

En resumen, una herramienta hecha con el único objetivo de facilitar la comunicación entre las personas, puede convertirse en la causa de un “fatídico” hecho como puede ser la destrucción del software de tu propio ordenador o hasta la muerte de un individuo que utiliza las comunidades virtuales para comunicarse como es el mediático caso de Marta del Castillo.

Todo por la pasta.



Ahora está de moda que las cadenas al principio de temporada o cuando tienen que presentar alguna serie o programa nuevo, se autopubliciten afirmando rotundamente que son una cadena de culto, objetivos, que realizan productos de calidad y un largo etcétera. Adjetivos que a día de hoy, son pocas las cadenas que lo cumplen al 100%.

El momento clave, en el que como dice el dicho “te ríes por no llorar” o cambiar de canal (esto último es aportación personal), es cuando el director de la cadena introduce en su discurso el tan explotado argumento basado en el poder que ejercen los medios de comunicación en la sociedad, seguido por aportaciones como: “por eso tenemos que cuidar el contenido de nuestros programas”, “cuidaremos el lenguaje al máximo”, “informaremos de manera objetiva”…
Después de leer esas declaraciones la noche anterior, al día siguiente te levantas pensando en el “plan renove” de la parilla televisiva. ¡Bien! Adiós a los incompetentes que no saben informar, ni conjugar los verbos. Hasta nunca gritos, insultos, comentaristas ignorantes…
Si, hoy va a ser un gran día (o por lo menos lo esperas), y por eso te preparas tu desayuno preferido, porque tienes que celebrar el tan esperado “acontecimiento”. Pero te piensas dos o tres veces el coger el mando a distancia y el encender la televisión, por si todo sigue igual y no ha cambiado nada. Al final, la curiosidad te puede y empiezas a zappear unos minutos, el tiempo que necesitas para comprobar que todo sigue más o menos igual. En el primer canal que eliges al azar, aparece el típico programa de juegos estúpidos para gente igual de estúpida, donde se tiene que llamar para contestar a una pregunta de lo más surrealista y estás como mínimo una hora para que te atiendan (si es que lo hacen). En otra canal aparece la famosa de turno contando no sé que de su vida, y espontáneamente te sale: ¿A caso crees que tu vida me importa?

En fin, ahora es cuando reflexionamos sobre aquello que proponen los directivos de las cadenas, asegurando el funcionamiento, la regularidad y la estabilidad del sistema, en contraposición con lo que verdaderamente producen (disfunciones mayoritariamente).
Quizás esas disfunciones sean propias de canales como Telecinco y Antena3, cuya producción se puede asociar perfectamente a la ya archiconocida telebasura, por que al fin y al cabo esas disfunciones son fruto de ese carácter mercantil inseparable de los medios de comunicación, o lo que es lo mismo “todo por la pasta”.

Televisión: medio de socialización para los más pequeños


La televisión se presenta como una potente herramienta de socialización, hasta este momento habíamos hablado sólo de la red como una nueva y fuerte arma de socialización, pero la televisión la sigue muy de cerca en la puja. La formación de una sociedad con valores adecuados, se encuentra en manos de los medios. Os preguntareis si a estas alturas los contenidos televisivos son aún capaces de convertir y formar nuestra conducta, la respuesta no puede ser simplemente sí o no, es algo mucho más complicado. Los adultos se creen a salvo de estas “manipulaciones” de los medios, que no son más que las medidas tomadas para cumplir su función socializadora. Dejando a un lado los adultos (ya que quien no quiere darse cuenta de algo así está perdido), debemos comprender que sí existen personas a las que aún les pueden afectar los contenidos televisivos, estos son los niños.

Actualmente los niños se pasan horas frente al televisor, ya que aún son “demasiado pequeños” para usar el ordenador, por eso los padres se conforman con educar a sus hijos mediante la caja tonta, un medio que puede llegar a ser en muchas ocasiones igual de nocivo que la red, si se realiza una comparación de sus contenidos.

Desde la perspectiva funcionalista, la televisión como medio de comunicación de masas es una herramienta esencial para la construcción de la sociedad, pero en este proceso de construcción social, existen una serie de riesgos que pueden poner patas arriba la función de los medios. Éstos ejercen un importante papel en la educación y formación de los infantes sobre unos valores sanos y adecuados para su autosuficiencia personal en el posterior día a día. En este intento por construir una infancia sana, puede haber contradicciones que lleven al medio televisivo a provocar una disfunción, que en su final consiga todo lo contrario a lo deseado en un principio.

Existen programas infantiles y un horario específico para que los niños puedan ver la televisión, si éstos sólo ven la televisión durante el periodo de tiempo pensado por los programadores televisivos, todo es perfecto, la función se cumple. Pero, ¿si alguno de estos niños ve por despiste de los padres alguno de los programas o películas con escenas violentas o de un alto contenido sexual? En este caso, la función se iría al garete.

Una sociedad de padres agobiados y sin tiempo, decidió en su momento dejar la formación de sus hijos en manos de los programadores televisivos… los resultados no son buenos, los niños se vuelven agresivos y viven aislados del mundo real. Este hecho pone en alarma a una sociedad demasiado ocupada mirándose al ombligo y se buscan soluciones. Pero estos padres tan alarmados, en vez de reaccionar apartando a los pequeños de la pantalla del televisor, buscan de nuevo la forma en que reinventar el contenido televisivo para volver a dejar solos a sus hijos con el mando en la mano.

La gestión de nuestro tiempo es un factor clave dentro de la influencia que van a tener los medios en la forma de socialización de los más pequeños y los más grandes. Los medios de comunicación de masas deben cumplir sus funciones sociales, pero permitir o apoyar este cumplimiento se encuentra en manos de la sociedad, que es en muchas ocasiones la que crea este tipo de disfunciones.