Nuevas formas de socialización

La socialización es un proceso mediante el cual el individuo adopta los elementos socioculturales de su medio ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad.

Dentro del proceso de socialización, se distinguen tres tipos. El primero corresponde a la familia, que es el ámbito más cercano al individuo y donde antes aprende a relacionarse con los demás. El segundo, abarca todo el grupo que es ajeno a la familia, es decir, grupos sociales de conocidos, amigos, u otros. Y el tercero, que ha nacido en la última década, recibe el nombre de “socialización a través de los medios de masas”.

Los medios de comunicación de masas proporcionan informaciones, juicios sobre diferentes temas y acontecimientos, y sobretodo, van formando en la población modelos de comportamiento. Además, sus contenidos repercuten en un volumen de población superior al de cualquier otro grupo de socialización.

Estos medios nos ofrecen ventajas en cuanto al modo de establecer relaciones, pero también algún que otro inconveniente. Una de las ventajas es la rapidez con que puedes encontrar un nuevo amigo, en menos de cinco minutos se establece contacto con diversos usuarios. En la vida real, esto no es tan fácil, nos cuesta (a unos más que a otros) formar nuevas amistades y mantenerlas. Uno de los inconvenientes es que poco a poco se va perdiendo el calor humano, en lugar de escuchar la voz de tu compañero solo escuchas el zumbido del ordenador y si quieres estrecharle en brazos…

En la red, los usuarios pueden mentir sin parar, y la única forma de descubrir su engaño es el “cara a cara”. Por esta razón, nos preguntamos si las relaciones que se establecen por medio de la red, son ficción o realidad. Cuantos casos han llegado hasta nuestros oídos, de gente que se enamora de otra sin haber mantenido nunca un contacto real entre ellos, y luego a la hora de verse cuerpo a cuerpo ha sido un total fracaso, porque uno había mentido… y el otro también. No decimos que todos los usuarios mientan, pero sí sabemos que tienen al alcance de su mano, algo que muchas personas desean, cambiarse por otro. Puedes crearte una nueva personalidad y un nuevo cuerpo, o simplemente mejorar las cosas que no te gustan de ti. Doble engaño, engañas al otro usuario y te engañas a ti mismo.

“El mayor peligro de engañar a los demás está en que uno acaba inevitablemente, por engañarse a sí mismo”. Eleanora Dose.



domingo, 28 de diciembre de 2008

Adiós a la carta de papel


Cada vez son más los que deciden abandonar para siempre los tradicionales medios de comunicación para lanzarse a la conquista de las nuevas tecnologías.


Hace no tantos años como parece, solíamos romper las barreras geográficas que nos separaban de amigos y familiares, a través de la carta de papel. Hoy, se ha abandonado casi por compelto esta entrañable práctica. El correo electrónico nos ofrece otra forma de contacto, mucho más rápida y práctica, pero se pierde todo el encanto y la calidez que pueda ofrecer una carta escrita a mano, de una forma única e inimitable. Todos los correos electrónicos tienen el mismo tipo de letras, las conocemos ya, pero cuando abrimos el sobre y nos lanzamos al mar de palabras de una carta en papel, nos envuelve un aire de realidad y nostalgia tan fuerte que solemos guardar la carta durante toda la vida; sin embargo los e-mails los eliminamos casi instantaneamente. La carta tradicional posee la personalidad de aquel que escribe en sus hojas y deja allí su huella personal, eso nunca podrá ocurrir la red.


La frialdad del correo electrónico es un ejemplo que se puede trasladar fácilmente a las relaciones a través de la red, ya que en su construcción se vive esta misma frialdad. No existe ningún sello personal que nos indique rasgos de la otra persona, no hay borrones ni dibujos en los bordes de la pantalla que nos revelen sus pensamientos ni sabemos con certeza que es él mismo quien pulsa las teclas. Se crea un mundo irreal donde no estamos seguros de nada.

2 comentarios:

Nuria Úbeda dijo...

La verdad es que es una pena que se vayan perdiendo esas costumbres, pero en ello tiene mucho que ver la sociedad que cada vez dispone de menos tiempo para emplearlo en cosas como esas. Ahora es más fácil sentarte delante de la pantalla, mover los dedos y "vuelà" escrito hecho en un instante.

Por ese hecho y muchos más parece como si la sociedad actual se escondiera detrás de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, ¿Cuánta gente entra en páginas de contactos para hacer amigos o buscar pareja? Según estudios reciente sobre el tema, ya son unos cuantos. Pero y los que preferimos el "face to face", ¿Estaremos desfasados?

Maria Medina V dijo...

Potser una de les raons per les quals la gent deixa d'escriure cartes als amics i familiars, per a escriure mails, és el fet de que la carta precisa certs elements personals que els e-mails no precisen.

Potser la por a exposar-se al "no" d'una altra persona, havent-li mostrat tot el que sents, tira enrere a la gent a l'hora de plasmar el seus sentiments en un paper.