
Es evidente que vivimos en una sociedad que cambia continuamente. Unos cambios que vemos reflejados en sus hábitos, costumbres, preferencias y un sin fin de hechos más.
En concreto, y centrándome en la tecnología, ésta puede ser a la vez una causa-consecuencia de esos cambios a los que hacia referencia anteriormente. Es algo evidente, que si la tecnología avanza, aparecen nuevos aparatos, etc. es en gran parte, gracias a esos avances en la sociedad. Pero como todo cambio, tiene su parte positiva y su parte negativa.
La parte positiva es conocida por todos a la perfección, y practicada por otros tantos diariamente, así que la dejaré en un discreto “segundo plano” y me centraré en ese parte no tan positiva.
Así pues, y haciendo hincapié en el uso del lenguaje adaptado a las nuevas tecnologías, en muchas de sus decodificaciones podemos observar varias lecturas aberrantes. Concretamente, con el uso del lenguaje sms, lo que en un principio parecía un conjunto de signos que por separado no significaban nada, el mercado lo ha sabido incorporar en sus productos, hasta el punto en que la propia sociedad lo emplea en su día a día, muchas veces, presa de su subconsciente.
Dicho esto, una de las lecturas aberrantes que podemos realizar a la influencia de dicho lenguaje, son las continuas quejas que muchos profesores procesan debido al reducido vocabulario y las numerosas faltas de ortografía que muchos alumnos presentan a causa, en gran parte, de la influencia del lenguaje sms.
Otro caso lo vemos en los medios de comunicación, concretamente en la introducción del nuevo formato “deja tu comentario en forma de sms”, en que aparte de comentarios cursis y sin sentido, abundan las faltas de ortografía y las vocales brillan por su ausencia. O como no, la publicidad cada vez más está adoptando la estrategia del lenguaje juvenil (que ya no sé si calificarlo así), para causar una mayor empatía, estar más próximos a la sociedad actual, y como no, estar a la moda.
Como bien he comentado anteriormente, la sociedad cambia continuamente, y ahora la moda está en el uso del lenguaje sms. Por ello, entiendo que los medios de comunicación lo empleen como estrategia para captar público, pero teniendo en cuenta lo influyentes que son para una gran parte de la sociedad, deberían dejar a un lado esa mentalidad capitalista. Ya sé que esto último es una total utopía, y que es imposible llevarse a cabo, pero por lo menos que se tomen la molestia de poner h en los verbos hacer que aparecen en los continuos mensajes cortos, o alguna que otra vocal entre palabras, más que nada, para que no les tachen de potenciar el analfabetismo, aunque reconozco, que alguna vez, las barbaridades que he leído en ese tipo de formatos me han sacado alguna que otra sonrisilla.
Supongo que actuando de esa manera, llevarán a cabo el dicho de: si no puedes con tu enemigo, únete a él. Al igual que la RAE ha hecho al plantearse en plasmar en sus famosos diccionarios las abreviaturas más comunes en ese tipo de lenguaje.
Visto lo visto, ahora ya no lo supongo, lo afirmo: así que, si no puedes con tu enemigo, únete a él.